PERO NOSOTROS TENEMOS A LUDMILA

Después de que un grupo de aficionados rojiblancos lleváramos tiempo insistiéndole al club para que volviera a abrir el Metropolitano para que el equipo femenino disputara allí de nuevo un partido, este domingo nuestra petición se verá, al fin, cumplida. El encuentro es muy especial, pues se trata del clásico del fútbol femenino español, el Atleti - Barça (sí el Atleti - Barça sigue siendo el clásico, por más que le duela a la mayoría de la prensa deportiva española). 

Sin duda, se volverá a vivir una fiesta en las gradas del recinto colchonero. Da igual que no se llegue a la cifra de espectadores que se alcanzó cuando se batió el récord mundial de asistencia. Si hay 25.000, 30.000 o 35.000 espectadores en el graderío, habrá ambientazo y fiesta asegurada. 

Sé, porque lo he leído en comentarios y lo he palpado, que hay una parte de la afición atlética que está resignada a la derrota en el duelo del domingo y que se conforma con que el conjunto catalán no le meta muchos goles al Atleti (como sucedió en la final de la Supercopa con aquel doloroso 7-0). Sé también que el Barcelona es un rival muy duro, casi invencible...pero solo casi. Y ese" casi", si está el Atleti de por medio y, sobre todo, si está "suelta" cierta "pantera" nacida en Guarulhos, se convierte en un "sí se puede". En efecto, el Barcelona lleva sin perder en Liga desde el 1 de junio de 2021, cuando el Atleti entrenado por José Luis Sánchez Vera tumbó al conjunto catalán por un espectacular 4-3 con goles de Amanda, de Deyna Castellanos y dos de la francesa Laurent. 

Desde aquella tarde de junio el Barça no ha perdido ni en Liga ni en competición doméstica. Parece, por lo tanto, imposible de derrotar. Pero nosotros tenemos a la "pantera" de Guarulhos, tenemos a nuestra Ludmila. 

Es cierto que el Barcelona ha ganado todos los títulos habidos y por haber. Pero nosotros tenemos a Ludmila. Es verdad que el Barcelona está plagado de jugadoras galardonadas con los más prestigiosos premios. Pero nosotros tenemos a Ludmila. Es indudable que la plantilla del Barça tiene mucha calidad. Pero nosotros tenemos a Ludmila. Nadie cuestiona que el conjunto blaugrana ficha a golpe de talonario a cualquier futbolista que se le antoja (rompiendo, incluso preacuerdos que esas jugadoras ya tenían con otros clubes) y forma así una plantilla muy potente. Pero nosotros tenemos a Ludmila. Y es innegable que el Barça tiene un presupuesto de 12 millones de euros, es decir, que triplica el del Atleti. Pero nosotros tenemos a Ludmila. 

El domingo no hay que tener miedo. Hay que salir a jugar con valentía, sin meterse atrás, sin esperar agazapadas en nuestro área, sin jugar como un equipo pequeño, porque no lo somos. Debemos jugar arriba, en campo contrario, presionando la salida de balón de las rivales, yendo a por ellas cuando tengan el esférico en los pies, no dejarlas jugar con comodidad, ir al choque y a la presión con atrevimiento, con garra, con convicción, con mentalidad ganadora. Hay que tener el máximo grado de concentración en defensa y en la portería, no cometer errores absurdos, no complicarse la vida cuando haya que sacar el balón, no arriesgar ni un solo pase en zona defensiva, sino dar un pelotazo si la situación lo requiere. Hay que ayudar a la compañera que esté en apuros, ofrecerle una salida, un apoyo, un desmarque. Es fundamental aprovechar las ocasiones que se nos puedan presentar, tener el máximo de acierto de cara a gol, que no nos venzan  ni la precipitación ni las excesivas ganas por hacerlo bien: cuando estemos delante de la portería contraria para disparar, hay que bajar las revoluciones del corazón y realizar el lanzamiento con sangre fría, con cabeza, con serenidad. Hay que correr y correr, presionar y presionar, luchar y luchar durante todo el partido, no rendirse nunca, no bajar los brazos, no agachar la cabeza. Creer que de verdad podemos ganar. Sentir en el pecho nuestro escudo. Saber, en definitiva, que somos el Atleti y hacerles ver a las rivales que enfrente tienen a un equipo único, que nunca deja ni dejará de creer. 

Cuando las jugadoras del Atleti salgan por el túnel de vestuarios, podrán leer justo antes de acceder al césped, todos los nombres de los socios del club en el mural donde reza "CORAJE y CORAZÓN". El mío está en el de la palabra "CORAJE". Lamentablemente, no podré estar presente el domingo en el Metropolitano. Pero a muchos kilómetros de distancia, desde Sevilla, mi corazón rojiblanco latirá con con fuerza y con coraje para empujar al equipo. Porque yo sí creo en la victoria y estoy convencido de que si jugamos como he descrito antes la podemos conseguir. Solamente hace falta creer que es posible, mentalizarse de que se puede y de que se va a lograr. 

Y, especialmente, sé que podemos ganar por un motivo fundamental: porque el Barcelona podrá llevar muchísimo tiempo sin perder, podrá tener infinidad de títulos y de premios, podrá presentar un once de jugadoras fichadas a golpe de miles y miles de euros o arrebatadas a otros equipos con los que ellas tenían un preacuerdo pactado, podrá tener un presupuesto inalcanzable para los demás y podrá gozar de todos los halagos de la prensa. Pero nosotros tenemos a la "pantera"; nosotros tenemos a Ludmila.

Quienes duden de la victoria el domingo que se contagien del espíritu ganador y de la mentalidad luchadora de una futbolista que siempre lo deja todo en el campo y que es el fiel reflejo de los valores del nuestro club. Que el Barça tenga todo lo que quiera tener; nosotros somos unos afortunados porque  Ludmila, la "pantera", es una de las nuestras, es nuestro escudo, nuestro emblema, es nuestro Atleti. Por eso, con ella en el campo todo es posible. Incluso ganarle al Barcelona. Porque tenemos a LUDMILA. Porque somos el ATLETI. 


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