CARTA A LUDMILA

Estimada Ludmila.

Hace unas horas se ha conocido la terrible noticia de tu lesión de rodilla. Sufres la temida rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Según los expertos en Medicina, estarás entre 9 y 12 meses de baja. Es un auténtico mazazo para ti porque te pierdes todo lo que queda de temporada, el Mundial de Australia y Nueva Zelanda y el inicio de la próxima campaña. También es un golpe muy duro para todos los que formamos parte de esa afición que tanto te quiere y te admira como es el la del Atleti. 


(Foto: Atlético de Madrid)

Si te queremos tanto, es porque te has ganado con creces nuestro cariño desde que llegaste hace ya muchos años. Sabes de sobra que a los atléticos no nos importa que un jugador o una jugadora tenga los mejores premios individuales del mundo del fútbol; no nos importa que tenga un Balón de Oro o dos o tres; ni que tenga uno o varios premios The Best; tampoco nos importa que haya ganado una Champions. A la afición del Atleti se la conquista con otro tipo de cosas: la humildad, el trabajo, el esfuerzo, la entrega, el sacrificio, la lucha, el no rendirse nunca y, especialmente, el ser buena persona. Y tú reúnes mejor que nadie todas esas cualidades y muchas otras que me dejo atrás. 

Has demostrado que no hace falta haber nacido en Madrid ni haber pertenecido a la cantera del Atleti para querer con el corazón a este club. Te dejas toda tu fuerza en cada partido, cada gota de sudor, hasta el alma. No te escondes nunca, siempre das la cara. No temes a nada ni a nadie, siempre juegas con valentía. Cuando cualquier otra futbolista se rinde o baja los brazos, tú continúas peleando contra todo y contra todas. Contagias con tu espíritu enérgico a tus compañeras. Cuando no puedes estar presente en un encuentro, el equipo se resiente y mucho; cuando tienes que abandonar el terreno de juego por el motivo que sea, siempre se produce un bajón en el conjunto. Es como si empezara a faltarle su motor, su corazón. No solamente lo digo yo: los comentaristas de los partidos siempre hacen referencia a eso y lo resaltan. Y llevan razón. 

No soy el único socio del equipo que piensa que nadie mejor que tú representa los valores de la entidad: quienes siguen con frecuencia las evoluciones del conjunto femenino no dudan en señalarte como el auténtico estandarte del equipo. Eres todo lo que representa el Atleti, lo simbolizas a la perfección. "Ludmila es el Atleti". Lo he escuchado y lo he leído muchas veces sobre ti. 

A veces, la vida es muy injusta con las personas que menos lo merecen. Tú lo sabes mejor que nadie por todas las adversidades que has tenido que superar desde niña. Y has sido siempre más fuerte que todos esos obstáculos que la vida y que el destino te han ido poniendo en tu camino. Nada te ha impedido llegar a ser la futbolista que eres hoy: mundialista y olímpica con Brasil; campeona de tres títulos (hasta ahora) con nuestro Atleti. 

La temporada pasada no fue buena para ti porque llegaste de los Juegos Olímpicos de Tokio y no pudiste hacer la pretemporada, Además, sufriste el Covid, que te dejó bastante maltrecha como has reconocido en una reciente entrevista. Nada salía bien, tuviste que ver muchos partidos desde el banquillo, dejaste de ir convocada con tu selección...Decidí publicar mi libro sobre tu carrera futbolística justo en ese mal momento que estabas pasando puesto que pienso que es en las dificultades cuando hay que apoyar a los demás y no cuando todo viene rodado y lleno de éxitos. 

Con mucho esfuerzo y preparación fuiste capaz de superar el bache de la temporada anterior y comenzaste la actual como un auténtico cohete. Eras la máxima goleadora del campeonato y volviste a ser convocada por Brasil. Todo iba perfecto...hasta que llegó el infortunio de la lesión en el partido contra el Barcelona en el mes de noviembre. Me dolió ver aquellas imágenes de tu llanto y cómo ni las jugadoras del Barcelona echaban el balón fuera ni la colegiada del partido paraba el juego para que pudieras ser atendida porque creían que estabas fingiendo. Por aquel entonces, estabas en un estado de forma pletórico y aquellos dos meses de parón por la lesión te obligaron a comenzar otra vez casi de cero. 

Y ahora, cuando ya te habías recuperado de la lesión, ahora que el equipo estaba en una muy buena dinámica y se había clasificado para la Final Four de la Copa de la Reina, una desgraciada jugada (con pisotón incluido de una rival) te destroza la rodilla derecha y rompe de golpe tus ilusiones de hacer algo grande esta temporada con el Atleti (conquistar el título de Copa) y de estar en el Mundial con Brasil. 

No creo que sea casualidad que las dos lesiones de rodilla hayan llegado ante Barcelona y Real Madrid. Estoy convencido de que ha tenido algo que ver tu carácter luchador: era el Barcelona y el Real Madrid y había que darlo todo por ti misma, por tus compañeras y por la afición. En las jugadas de cada lesión peleabas contra una rival un balón que otra hubiese dado por perdido. Pero la palabra "rendirse" no está en tu vocabulario y luchaste y forzaste una enormidad en esos lances tras los que llegaron las lesiones.  

Ahora te toca afrontar una operación y un largo camino hasta volver a calzarte las botas y vestir la camiseta rojiblanca. El sendero que tendrás que recorrer será duro, pero contarás con el apoyo de toda la gente que tanto te quiere. Dejas al equipo huérfano porque, aunque hay muchas y buenas jugadoras, ninguna tiene tu magia ni tu espíritu batallador.  

Los aficionados te vamos a echar muchísimo de menos. Te echaré en falta cuando el Atleti venga aquí, a Sevilla, a jugar contra el Betis y no te vea calentando sobre el césped ni luego disputando el partido. No podré ver tus arrancadas, tus regates, tus desmarques, tu compromiso con el equipo bajando a defender a nuestro propio área, tu presión a las rivales, tus asistencias,  tus goles...en definitiva, tu entrega a los colores del Atleti. 

Espero que el equipo sea capaz de brindarte la consecución del título de Copa de la Reina. Sé que tus compañeras harán todo lo que esté en sus manos y en sus botas para poder dedicarte ese trofeo. 

Volverás mucho más fuerte para seguir sintiendo lo mucho que te admira y te quiere la afición colchonera. Volverás a meter goles, a dar muchas asistencias y yo tendré que escribir la segunda parte de tu libro. Y lo haré encantado.

Vamos a estar pendientes de ti, de tu operación, de tu proceso de recuperación, de tu primer entrenamiento y de tu reaparición, que no te quepa ninguna duda. No te vamos a dejar sola porque no eres solamente una gran jugadora, sino también una grandísima persona. Y eso es lo más importante en la vida. 

Mucho ánimo y mucha fuerza, Ludmila. Gracias, un millón de veces gracias por ser del Atleti. 




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